Que bonita es la vida en una hamaca......

El mundo en Costa Rica se detiene cuando uno se tumba en una de las hamacas de la Fundación Corcovado. En ellas te dejas atrapar por sensaciones varias, mezclando tranquilidad, armonía, inspiración, etc., y solamente cuando te levantas vuelves a la realidad, aunque a veces sigues en ese mundo aparte al visitar algunos de los fantásticos lugares que nos brinda este pequeño país, como el Parque Nacional de Corcovado.

Eso mismo hicimos esta mañana, visitar este parque lleno de misterios y de sorpresas.
Al salir con el bote de la playa comenzamos la aventura, muy temprano por cierto, pero con buenas expectativas.
Nuestro guía Alberto nos llevó a unos cuantos rincones escondidos del parque atravesando la jungla, cruzando ríos y tropezando con ramas y raíces. Así pudimos ver especies endémicas de la zona que nunca hemos visto antes, aves de gran tamaño como la Pava crestada o el Zopilote negro, serpientes venenosas, camaleones, los cuatro tipos distintos de monos, jabalies, una manada de coatíes e incluso un perezoso de dos dedos!!!
Y después de la caminata de unas cinco horas con una humedad aplastante, tocaba reponer fuerzas y volver de nuevo a la fundación, de nuevo a esa fantástica hamaca....

Pero....... no penseis que las hamacas el lo único que os espera. En Corcovado el trabajo es duro pero gratificante. Sus gentes, sus costumbres, la vida en la Fundación, los monitores y todos los compañeros y turistas os darán una perspectiva diferente sobre lo que hasta ahora conoceis.

La vida gira cunado tú lanzas la peonza. Mientras tanto, nosotros seguiremos perdidos es este paraiso verde.

Raquel Martín García-Moreno
Toledo. España.